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Eugenio Montale

Para un estudio crítico de la fortuna de un italiano universal en el mundo hispánico: Eugenio Montale

La fortuna española del escritor italiano Eugenio Montale se inicia después de la Guerra Civil, en los años ’40, prolongándose hasta la actualidad, si bien es cierto que en los primeros tiempos es más bien anecdótica. Son pocos los poemas del autor que aparecen traducidos en castellano en varias publicaciones, ya sean solos o, más frecuentemente, acompañando a alguna entrevista. Así ocurre, por ejemplo, en 1948, con Dos poemas de Eugenio Montale (“Espadaña”, nº. 36), de Ossi di seppia, en traducción de J.M. Alonso Gamo y E. De Nora, publicada acompañando a una breve nota informativa sobre el autor . En el mismo sentido, años más tarde, cabe mencionar la entrevista firmada por Del Arco que “La Vanguardia” publicó el 23 de abril de 1954 (pág. 13), bajo el título Mano a mano. Eugenio Montale, incluyendo la traducción de La farandola dei fanciulli sul greto… (sin mención del traductor). El mismo año que aparecía publicada en “Índice de artes y letras” (Año IX, nº. 74-75, abril-mayo, pág. 31), una breve nota crítica de José Ángel Valente titulada Versión y glosa de Montale, que presentaba una traducción española de Incontro.
Se trata de muestras esporádicas, como se puede ver, aparecidas aquí y allá, sin demasiada continuidad. Un caso diferente lo constituye Poesía italiana contemporánea. Antología, publicada por Guadarrama de Madrid en 1959 junto con los textos originales, a cargo de los traductores Vintila Horia y Jesús López Pacheco. Dicha antología dedicaba por primera vez una parte notable a Montale (pág. 104-115), que se veía completada con una nota sobre el autor (265-266). Años más tarde, los mismos traductores presentaron dos de esos poemas en “Informaciones de las artes y las letras” (suplemento nº. 245, 15 de marzo de 1973, pág. 1). Sin embargo, dicha antología se puede considerar que constituye un caso aislado, que no hallará continuidad en ámbito español hasta bastante años más tarde. Aunque, sin embargo, cuenta con un eco en catalán, a cargo del escritor Tomàs Garcés, quien publicó en 1961 la antología Cinc poetes italians. Saba, Cardarelli, Ungaretti, Montale, Quasimodo, precedida de una importante introducción a todo el volumen y acompañada, también en este caso, de los textos originales en italiano (“Quaderns de Poesia”, Barcelona 1961; posteriormente reeditada por la editorial Empúries de Barcelona en 1984, con introducción del también poeta Marià Manent). El traductor es el mismo Garcés, quien en dicha ocasión dedicaba varias páginas a Montale (pág. 39-46) . Esta primera muestra de la poesía de Montale en versión catalana no hallará, sin embargo, continuidad hasta muchos años más tarde, en concreto hasta 1975, como veremos más adelante.
En los años ’60 verán la luz las interesantes versiones montalianas de Jorge Guillén, inicialmente publicadas en parte en Italia , en la revista “Letteratura” (Año XXX, XIV Nuova Serie, nº. 79-81, pág. 242-244) --bajo el sugestivo título de “Hacia la poesía de Montale”, que habla claramente de la concepción de la traducción poética en Guillén--; en el volumen colectivo Omaggio a Montale (Mondadori, Milán 1966); y también en Homenaje (All’Insegna del Pesce d’Oro, Milán 1967). Dichas traducciones, junto con dos más, se publicaron en España en su famoso volumen Aire nuestro. Cántico. Clamor. Homenaje (más tarde, Aire nuestro. Cántico. Clamor. Homenaje. Y otros poemas), junto a su obra original.
En la misma tónica de la breve nota sobre el autor, acompañada por una muestra de su poesía traducida, se presenta en 1972, junto con los textos originales, Eugenio Montale: Dos poemas, por Carlos Sahagún, en el nº 1 de “Camp de l’Arpa” (mayo de 1972, pag. 6-7) .
Con todo, a principios de los ’70, se produce una inflexión en la fortuna hispánica del autor, en una tendencia que se incrementará a lo largo de esa década, como veremos. Por primera vez, la traducción de su obra no será ya puntual o parcial, sujeta a la dinámica antológica, o bien esporádica e incluida en volúmenes misceláneos, ya sea en revistas y publicaciones periódicas de diferente tipo. En 1973 aparece publicada por primera vez, en la importante colección de poesía “Visor” (XXXIII) la traducción, obra de Francisco Ferrer Lerín, de Huesos de sepia (Editorial Alberto Corazón de Madrid), posteriormente reeditada en 1975, con ocasión de la concesión del premio Nobel de Literatura al autor. En efecto, en el año 1975 se sucederán las versiones de Montale, los artículos y las notas sobre el autor aparecidas en la prensa , que a menudo recogen nuevas muestras de su obra, y, en su caso, otras versiones de poemas ya anteriormente traducidos al castellano. En esta ocasión se cuentan hasta cinco menciones al autor lígure, a saber: las traducciones de Luis Pancorbo publicadas en el artículo El Nobel me ha hecho un poco menos infeliz (“Ya”, 7 de diciembre de 1975, pág. 11 y 14) , y muy probablemente también en su entrevista titulada Conversación con Montale (“Revista de Occidente”, 3ª. Serie, nº. 2, diciembre de 1975, pág. 90-96), que en la pág. 94 presenta In limine y Avrei voluto sentirmi scabro ed essenziale…. En el mismo sentido, Eugenio Montale, Premio Nobel de Literatura 1975. Entre la elegía y el himno (“Ya”, 30 de octubre de 1975, pág. 42-43), de Antonio Díaz Tortajada, que incluye su traducción de Spesso il male di vivere…. O bien Eugenio Montale, Premio Nobel de Literatura 1975. El gran pontífice de la literatura italiana (también en “Ya”, 30 de octubre de 1975, pág. 43), artículo acompañado de su traducción parcial de La casa dei doganieri (estrofa 1), y Ballata scritta in una clinica (estrofas 5, 8 y 9). Ese mismo año, Fernando Quiñones presentó, acompañado de una nota introductoria, un poema inédito de Montale, Sul lago d’Orta, en “Informaciones de las artes y las letras” (suplemento 381, del 30 de octubre de 1975, pág. 1) . Por su parte, en ámbito catalán, cabe destacar el interesante artículo firmado por Joan Teixidor y Joan-Ramon Masoliver, Dues evocacions de Montale a Florència, que la revista “Serra D’Or” publicó en diciembre de 1975 (pág. 91), artículo que recuperaba una traducción de T. Garcés, Portami il girasole ch’io la trapianti…(pág. 90), e incluía la traducción que Montale hiciera del Cant espiritual de Joan Maragall.
A tenor de la concesión del Nobel, surgen en los meses siguientes nuevas traducciones de Montale, que dan fe de su importante obra no poética, a menudo negligida en su fortuna hispánica. Se trata de la traducción de La farfalla di Dinard , y Fuori di casa , a las que seguiría, en 1977, la traducción de Auto da fe , todas ellasobra de Enrique Molina Campos. En 1976, por otra parte, apareció la traducción, obra de Juan Moreno, de En nuestro tiempo, con una bibliografía esencial, obra de Riccardo Campa (Plaza & Janés, Barcelona 1976). A años de distancia de la primera antología, se publica, en estos momentos inmediatamente posteriores al Nobel, el volumen Poetas italianos contemporáneos, edición, introducción y traducción del poeta Antonio Colinas, junto con los textos originales en italiano (Editora Nacional, Madrid 1977); edición que presenta, entre sus páginas 149 y 177, las versiones españolas de los poemas: Corno inglese, Sul muro grafitto…, Arsenico, Dora Markus, La casa dei doganieri, Siria, L’anguilla, Per finire (de Diario del ’71 e del ’72). Como se puede comprobar, esta edición, a diferencia de las demás, que tienden al Montale de los primeros años (Ossi di seppia), cubre un abanico bastante completo de los diferentes volúmenes poéticos del autor lígure.
Pasada esta racha, se abre una etapa de relativo silencio, que coincide con la publicación en catalán de las traducciones de Narcís Comadira en Nou poemes de Montale (“Quaderns Crema”, nº. 1, abril de 1979, pág. 63-83) . Siguiendo la tónica habitual, estas traducciones se acompañan también de una nota sobre el autor, y se presentan junto a los textos originales. Dos años más tarde de esos primeros Nou poemes de Montale, Comadira presentará dos versiones más de Montale, en concreto, se trata de las traducciones al catalán de Sul Llobregat y L’anguilla, en su artículo titulado Montale (1896-1981) escrito en ocasión de la muerte del autor (“Serra D’Or”, nº. 267, 1 de diciembre de 1981, pág. 75-76). Todas ellas serán recuperadas años más tarde en la antología Poesia italiana contemporánea. Antologia, de la colección, de amplia difusión popular en ámbito catalán, “Les millors obres de la literatura universal. Segle XX”, nº. 48 (Edicions 62, Barcelona 1990). Dicho volumen recoge, entre las pág. 101-117, las traducciones que realizó Comadira de Montale, con algún añadido . Por su parte, el año de la muerte del autor suscitará de nuevo la presencia, más o menos recurrente, de Montale en nuestras letras, ya sea en la publicación de necrológicas, artículos de carácter divulgativo sobre su obra, o bien traducciones, en su mayor parte nuevas. El artículo de LL[uís] B[usquets] i G[rabulosa], E. Montale ens ha deixat (“Cartipàs”, nº. 5, otoño de 1981, pág. 31-34), incluye la traducción de In limine e I limoni.
En ámbito igualmente barcelonés, pero en castellano, en 1981 Carlos Barral publica, también en ocasión de la defunción del autor y como homenaje a su figura literaria y a su obra, una versión puntual de la poesía de Montale. En concreto, se trata de su breve poema titulado Sul Llobregat, el único de su producción poética que presenta una referencia al mundo catalán y a su visita, realizada en 1954, por tierras catalanas. Ésta traducción de Barral aparece publicada bajo el título de Relámpago en “La Vanguardia” (15 de septiembre de 1081, pág. 33). En el mismo sentido, en 1981, es decir, años después de sus anteriores traducciones de la obra en prosa de Montale, Enrique Molina Campos publicará de nuevo, acompañada también por una breve nota sobre el autor, su traducción de un breve artículo de Montale de temática barcelonesa: “L’età d’Oro dei ‘Quattro Gatti’”, incluido en el volumen Fuori di casa.
No cabe duda de que la importante edición Eugenio Montale, introducción, traducción y bibliografía del gran italianista español Joaquín Arce (Ediciones Júcar, Madrid 1982, en la colección “Los poetas, 38), publicada junto a los textos originales, constituye uno de los puntos álgidos de la fortuna hispánica de Montale. Dicha edición surge en gran medida a tenor de la desaparición del autor, consolidándole como un clásico contemporáneo universal. Resulta doblemente importante pues ofrece una muestra bastante completa de su producción poética, que abarca sus diferentes volúmenes, hasta los más recientes, algo poco habitual, como hemos visto . El mismo Arce se ocuparía, también en 1982 y en su volumen Literaturas Italiana y Española frente a frente (Espasa-Calpe, Madrid), de las muy conocidas relaciones entre Guillén y Montale, y de sus respectivas traducciones (pág. 345-353), con mención de algunas otras traducciones de Montale.
Los años ’80 inician una etapa diferente en esta fortuna hispánica, en un momento que corresponde ya a la ausencia del autor en el panorama internacional de las letras. Aunque se repiten las breves notas sobre Montale, acompañadas por alguna traducción, éstas se interesan básicamente por su obra poética, como hemos ido viendo anteriormente. Sin embargo, empiezan a proliferar en tiempos más recientes algunas muestras de prosa montaliana. Ese es el caso, una vez más, del artículo que firma Luisa Capecchi con un título ilustrativo: Montale en España, que hace referencia a su viaje por tierras hispánicas (“Quimera”, nº. 32, octubre de 1983, pág. 14-19). En él se incluyen versiones de los poemas Un festival di musiche e di bombe, L’età d’oro dei “Quattro Gatti” y Non si sa come vivano… . No será la única vez que la revista “Quimera” se ocupa del autor lígure. En efecto, en su número 84 (pág. 84), José Ramón Monreal publicará la traducción puntual del poema de Montale Invito a T.S. Eliot, bajo el título literal de Invitación a T.S. Eliot.
El mismo 1983 se publica otra versión de sus poemas, principalmente de sus primeros años, que son, como hemos visto, en general los más traducidos en España (algunos títulos, como se puede comprobar, ya se conocían en español). Se titula Huesos de sepia y otros poemas, y es obra de Carlo Frabetti, responsable no sólo de la selección, sino también de la introducción al volumen, así como de la traducción (Ediciones Orbis, Barcelona 1983) . El libro aparece en la significativa colección “Los Premios Nobel”, nº. 27, con cubiertas de piel, revelando, una vez más, que Montale se ha convertido ya, después del Premio Nobel de Literatura y de su desaparición, en un clásico contemporáneo indiscutible, susceptible de ser incluido en una edición de amplia difusión popular (aspecto interesante, máxime teniendo en cuenta que aquí se trata de su obra poética).
Estos años corresponden a un nuevo auge de su fortuna, que persiste a pesar de que normalmente la muerte de un autor abre una etapa de silencio, más o menos prolongado según los casos. No sucede así para Montale, puesto que su desaparición parece haber marcado, por el contrario, el momento de mayor difusión en España. En esa tónica se inscriben varias muestras del autor en catalán, como la reedición de los Cinc poetes italians de Tomàs Garcés, que ya comentamos arriba. En el mismo sentido, cabe hablar del estudio de Josep Junyent, Lectura d’Eugenio Montale, incluido entre las págs. 35-48 del volumen misceláneo, y en co-edición, titulado Poetes del segle XX. Carles Riba, Eugenio Montale, T.S. Eliot, Jorgue Guillén, Rainer Maria Rilke (Edicions Intercomarcals-Edicions del Mall, Barcelona 1984). El volumen se acompaña –parcialmente-- de los textos originales, y recupera un poema de Montale en la versión catalana de Narcís Comadira (Corno inglese) . Este volumen destaca especialmente por presentar a Montale como una de las figuras literarias fundamentales del canon poético occidental del s. XX. En la misma tónica, cabe recordar la edición catalana de Les ocasions. 1928-1939, en traducción conjunta de Núria García y Salvador Moreno para el Consorci d’Editors Valencians (Valencia 1987), edición que incluye los textos originales, así como una nota sobre el autor. Dicha edición tiene el mérito de haber abordado por primera vez, y de un modo completo, la traducción de un volumen poético montaliano diferente a Ossi di seppia, huyendo, por una parte, de la demasiado recurrente tentación antológica o miscelánea (totalmente errónea en un autor donde se impone la lectura orgánica de sus volúmenes poéticos, al menos en sus tres primeros títulos), y, por la otra, del Montale más juvenil –y también más accesible, si cabe-- de su primer libro poético. Sin embargo, eso no excluye que la misma editorial, tan sólo un año más tarde, presente otra versión catalana de este primer volumen montaliano, Ossos de sípia, acompañada por una nota sobre el autor y también por los textos originales, en traducción una vez más conjunta de Joan Navarro y Octavi Monsolís (y revisión de Giuseppe Fiorelli), de nuevo para la colección “Gregal poesia” del Consorci d’Editors Valencians (Valencia 1988).
La década se cierra con dos significativas traducciones castellanas de Montale: las primeras ediciones de Eugenio Montale. “Xenia” y La forma del mundo , ambas en traducción del argentino Juan Carlos Gentile Vitale, que preceden a lo que se podría considerar una etapa prodigiosa de su fortuna, en gran parte motivada por la celebración del centenario montaliano en 1996. En este sentido, recordaremos la nueva edición de las prosas de Fuera de casa, en traducción de Julio Martínez Mesanza para Mondadori España (Barcelona 1990), dentro de su colección “Narrativa Mondadori”, edición que insiste en una imagen completa del autor, no sólo como poeta. En la misma tónica se sitúa el Diario póstumo. Eugenio Montale. Intenciones (Entrevista imaginaria). Eugenio Montale, en edición, traducción y nota de Mª. Ángeles Cabré . Asimismo, otro volumen misceláneo: Antología de Poesía Italiana Contemporánea, en edición (selección, traducción, nota y bibliografía final) de Horacio Armani para Litoral-Ediciones UNESCO (Málaga 1994), publicada junto a los textos originales .
En octubre de 1995 la revista “Quimera” vuelve a interesarse por Montale en su número conjunto 140-141 (págs. 12-13). En esa ocasión, Francisca Perujo presenta la traducción de Variaciones, uno de los artículos del volumen titulado De la poesía (trad. de Sulla poesia), publicado por la Editorial Pre-Textos de Valencia (1995) en su colección “Poéticas”. Tales muestras coinciden en el tiempo con la publicación de una nueva versión castellana de los artículos periodísticos de Fuori di casa, titulada Fuera de casa en la traducción de Julio Martínez Masanza para Ediciones Altaya de Barcelona 1995. El volumen, en cartoné, está incluido como nº. 36 en la colección “Biblioteca de Premios Nobel”, insistiendo en la imagen del autor como un clásico contemporáneo plenamente consolidado, aunque apostando, esta vez, por su importante obra en prosa. Coincide con la primera edición catalana de Xenia, en traducción de Jordi Cornudella, con los textos originales de esta sección del volumen montaliano Satura (Edicions 62, Barcelona 1995), edición que incluye, como novedad, además de una bibliografía italiana (algo sorprendente y sin duda fuera de lugar en una publicación de esta naturaleza), también una tabla cronológica de relativa utilidad.
La celebración del centenario del autor en 1996 abre una etapa de abundantes referencias montalianas, ya sea en artículos, ensayos, estudios, notas de prensa , reediciones y nuevas versiones de su obra. Ésta resulta mucho más breve en catalán, donde sólo cabe recordar una nueva versión de Jordi Estrada del ya conocido L’età d’oro del “Quattro gatti”, que pertenece, como sabemos, a Fuori di casa, sin duda recogido por su temática barcelonesa. Esta traducción apareció publicada, junto a una nota sobre el autor, bajo el título poco ilustrativo, que induce a error, Eugenio Montale i Catalunya, en “El Pou de Lletres”, nº. 2 (verano de 1996, pág. 20 y 29-30). En ámbito castellano, sin embargo, el recordatorio es mucho más notable y extenso. Empezando por Últimos mensajes póstumos de Montale, artículo firmado por Josep Massot en “La Vanguardia” de Barcelona el 12 de octubre de 1996 (pág. 38). El mismo día (12 de octubre de 1996) “El País” publica en su suplemento cultural “Babelia” (nº. 259, pág. 8-9), Algunos poemas en traducción de Mª. Ángeles Cabré, como nuevo anticipo de su versión del Diario póstumo (1997 y 1999) . Dos ediciones castellanas significativas acompañan además este centenario. Se trata de los Seis motetes, traducción de José María Micó para Ediciones del Autor (Barcelona 1996), selección de la II serie poética incluida en el volumen de Le occasioni, como sabemos, que se presenta junto a los textos originales . Y, por otra parte, de la notable edición conjunta de Montale, E.: 37 poemas traducidos por 37 poetas españoles, con extensa introducción de R. Scrimieri (pág. 9-30), y participación, como el título indica, de treinta y siete traductores diferentes, para Hiperión (Madrid, 1996), en su colección “Poesía Hiperión” (nº. 287) . Esta edición, que también incluye los textos en italiano, presenta la reproducción en su cubierta del fresco funerario de Paestum, del 475 a.C., conocido como “Il tuffatore”. Recordaremos que se ha hecho de ella una edición ilustrada (con siete ilustraciones de Alberto Corazón) y de lujo, de tan sólo 50 ejemplares no destinados a la venta, para conmemorar el centenario del autor, bajo el título Eugenio Montale que nació hace cien años .
En tiempos más recientes, la traductora Mª. Ángeles Cabré ha proseguido con su tarea de dar a conocer el Montale de los últimos tiempos. En esta línea se sitúa su importante versión castellana de Satura para la editorial Icaria de Barcelona (2000), que incorpora, como es habitual en ella, los textos originales, así como un retrato. Y, por último, mencionar la reedición de la traducción Huesos de sepia, que presentara Carlo Frabetti en 1983, recuperada ahora por Ediciones Igitur (Montblanc) a principios del 2000.
Sin duda, no termina aquí la fortuna hispánica de Montale, y menos aún en castellano, por supuesto, lengua en la que dicha fortuna se inicia en el ámbito hispano, y en la que siempre ha sido mucho más abundante y relevante que en las demás lenguas de la Península.

 


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